Nuestra Señora de los Remedios
Nuestra Señora de los Remedios es la patrona de Albudeite. Aunque se desconoce su autor, la imagen es de procedencia napolitana y datada en el s. XVIII. Se compone de una cara de líneas clásicas y unas manos finamente realizadas que ayudan a su enorme expresividad. El cuerpo está realizado con devanaderas y fue enlenzado por el escultor José Sánchez Lozano en 1971. El niño que lleva en sus manos fue realizado en 1941 por el escultor murciano Juan González Moreno, ya que el original se perdió en la guerra civil de 1936-39.
Cristo de la sangre
Esta escultura es obra de Francisco Salzillo (S. XVIII). Se trata de una imagen realizada en madera con la técnica de labra y policromado a tamaño natural. Está concebido como un Cristo caminante con dos ángeles a sus pies que recogen, en un cáliz cada uno, la sangre que cae de las manos y del costado de Cristo. Las piernas están sueltas, separadas de la cruz, y en los pies se ven las señales de los clavos, de los cuales ha sido desclavado. El cuerpo desnudo de Cristo permite ver su anatomía, al estar tan sólo cubierto por un paño de pureza anudado en el centro al modo tradicional. La cabeza, que porta una corona de espinas, está ligeramente inclinada hacia la derecha y hacia abajo como meditando a lo largo del camino.
Observaciones:
Hubo una disputa entre las dos cofradías reinantes, por un lado la del Cristo de la Sangre y por otro la de Nuestro Padre Jesús. Ambas dicen ser propietarias de un Cristo de la Sangre (suponemos que es el Cristo Yacente) por el que se debaten para sacar en procesión. Como consecuencia de esta disputa parece ser que la Hermandad de la Sangre, encarga a Francisco Salzillo la talla que ahora nos ocupa. Según data en las cuentas de la Hermandad del Cristo de la Sangre, presentadas el 25 de marzo de 1776, se paga al célebre escultor murciano Francisco Salzillo la cantidad de 202 reales y 10 maravedíes de vellón por la imagen.
Nuestro Padre Jesús Nazareno
Escultura de vestir en madera policromada, compuesta de cabeza, manos y un pié. Es atribuida a Nicolás de Bussi del siglo XVII. Se trata de una imagen de Jesús camino del Calvario, llevando sobre sí la cruz en la que ha de ser clavado. D. Antonio Sánchez Maurandi, párroco de San Antolín de Murcia y cronista de Mula, en un intento de expresar la profundidad en la mirada de esta gran imagen lo define con bellas letras: “Respecto a la imagen de Jesús Nazareno podemos afirmar que difícilmente se hallará otra que exprese mejor la humanidad abatida de Nuestro Señor Jesucristo y que su autor es Bussy”.
Observaciones:
En 1813, el segundo libro de actas de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno viene recogida la siguiente anotación: “Nota, en la espalda de la ymagen de Jesús Nazareno hay un papel doblado que dice Jesús apiádate de tu siervo Nicolás”.
Virgen del Rosario
Escultura en madera tallada con policromía, dorada, corla y estofa, de procedencia napolitana del S. XVII. El niño Jesús original se perdió en la guerra civil de 1936-1939 y el actual fue realizado en el año 2000, siguiendo la tradición salzillesca, por el murciano Francisco Liza Alarcón. Destacan de la imagen, junto a la soltura del plegado, la cara, dotada de gran belleza, y unos ojos grandes y expresivos.
Inmaculada Concepción de la Virgen
Tallada en madera, data del S. XVI-XVII, esta escultura presidió durante siglos a la intemperie la fachada de la parroquia y, a causa de haber sufrido el sol y la lluvia, estaba muy deteriorada por lo que, en 1970, se cambió de ubicación pasando al interior de la iglesia. A partir de los restos de policromía que quedaban en el manto, fue restaurada en el año 2000.
Inmaculada Corazón y Sagrado Corazón
Son imágenes talladas en madera con policromía y estofadas a tamaño natural. Realizadas por el murciano, discípulo de Salzillo, Francisco Sánchez Araciel, respectivamente en 1911 y 1913, la peculiaridad a la hora de interpretar estas imágenes es su colocación sobre una nube de proporciones considerables e inclinadas hacia adelante, dando la sensación de que levitan sobre la misma, consiguiendo un efectismo teatral como si la Virgen flotara en el aire o como si realmente Jesús estuviera descendiendo del cielo.